El precio del llamado oro negro está alcanzando precios récord. Ya se vende a 89 dólares el barril y los expertos en proyecciones económicas no descartan que llegue hasta 100 dólares.
Acá en Panamá, ya desde hoy la gasolina de 95 octanos subirá tres centésimos por galón y la de 91 octanos bajará por similar cantidad. Hay que estar claros que los nuevos precios a nivel local, se establecen en base a compras previas de crudo que se dieron antes de desatarse la actual situación.
En Panamá se consumen anualmente 636 millones de galones de las diversas variedades de combustible. Un alza exagerada representa una gran sangría para la economía nacional.
La amenaza de que el galón de gasolina y combustible alcance precios históricos trae consigo una mala noticia para los que hoy protestan en las calles contra el alto costo de la vida.
Ahora los productores, distribuidores y el gobierno tendrán mejor excusa para justificar que los precios de los alimentos de la canasta básica estén por las nubes. Toda la culpa será del petróleo y no de la especulación y la falta de acción de los funcionarios que deben proteger a los consumidores.
Las manifestaciones en las que en forma de chanza se levanta una olla común para preparar arroz con huevo, sopa instantánea o yuca con miel, ya pronto serán una realidad diaria ante el inminente efecto de cascada que tendrá sobre los precios de los alimentos, el alza histórica en el barril de petróleo.