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"Enseñémosle a pescar, no le demos el pez" es uno de los lemas que se están implementando este año en el día de la alimentación.  |
Hay que eliminar en el campo, las causas de pobreza, la delincuencia, la violencia, etc. y no intentar sin éxito corregir en las ciudades las consecuencias. Hay que revalorizar el sector agropecuario y rural. El marginado urbano de hoy es el hijo del campesino desamparado de ayer" Todos los años la FAO, desde 1981, ha dedicado un día para que gobiernos y sociedad civil reflexionen y tomen acciones concretas para mejorar la alimentación de millones de personas que mueren o permanecen incapacitados de por vida por el asesino silencioso: El hambre.
El 16 de octubre es cuando los gobiernos, instituciones y sociedad civil y ONG deben hacer un alto y elaborar acciones, estrategias y políticas para contribuir a mejorar la producción de alimentos de nuestro pequeño productor rural.
En Panamá, alrededor de 597,000 campesinos e indígenas (19%) de la población rural, viven en condiciones de extrema pobreza; en un país como Panamá, este porcentaje y número absoluto de su población en estas condiciones, es un escándalo y moralmente inaceptable. Un estudio realizado por el PATRONATO DE NUTRICIÓN, reveló que existen 6,063 comunidades rurales en situaciones críticas.
La pobreza de nuestro campesino se inicia cuando no está produciendo ni para comer. Las granjas de producción sostenible representan una alternativa para que este grupo de población mejore su capacidad productiva, y por consiguiente, el consumo de alimentos.
En la actualidad, alrededor de 1,983 familias trabajan en las Granjas de Producción que implementa el Patronato en casi todo el país; indudablemente que las granjas están siendo dirigidas con prioridad hacia 115 corregimientos rurales e indígenas más pobres del país. Las granjas constituyen centros de capacitación continua y sus acciones van encaminadas hacia la sostenibilidad del proyecto. El mejoramiento y conservación de la fertilidad de los suelos, la producción y uso de semillas de buena calidad, la utilización de abono verde y cultivos de cobertura, sumado a una capacitación del productor en aspectos básicos de administración, permitirán que las granjas logren los objetivos para los cuales han sido creadas. Los que trabajamos en el campo conocernos que nada baja tanto la autoestima de nuestro campesino y refleja con tanta intensidad el dolor en su rostro; como cuando se siente impotente para producir suficiente alimento para su familia. El pequeño productor panameño ha sido desprotegido por muchos años, posee las peores tierras, muchas de las tecnologías desarrolladas no han sido dirigidas ni adaptadas a su realidad.
"No hay condiciones humanas más lesivas para la dignidad de las personas que la privación de alimentos". Cuando la población cuenta con acceso de alimentos para ser fuertes y sanos, y participa activamente en la sociedad, aumenta la productividad, crecen los mercados y disminuye la pobreza. El Patronato de Nutrición requiere el apoyo de todos los que vivimos en este país; necesitamos del apoyo y participación de la sociedad civil organizada y de la sociedad en general, para ayudar al campesino a producir más eficientemente la mayoría de sus alimentos. Las granjas representan una alternativa y tal vez para muchos de nuestros campesinos pobres: Su única alternativa.
Hoy 16 de octubre, meditemos y reflexionemos sobre la grave situación de más de medio millón de panameños y participemos activamente para que este número significativo de "hermanos" sean mejores productores y menos dependientes. |