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Lo paradójico es que el hambre y la pobreza se producen en tiempos de asombrosos avances tecnológicos, de riquezas sin precedentes, con la existencia de abundantes cantidades de alimentos, ubicadas en pocos países.  |
Desde hace veinte años se viene conmemorando el Día Mundial de la Alimentación el 16 de octubre. Esta conmemoración fue establecida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés). El 16 de octubre coincide con la fundación de la FAO en 1945.
Uno de los objetivos que movió al establecimiento de esta conmemoración lo fue el promover la máxima reflexión, a todos los niveles, sobre este indispensable aspecto de la humanidad. No hay duda alguna que el espíritu de la celebración de este día, en los actuales momentos, resulta relevante ya que el tema del hambre y/o la pobreza se acrecienta en estos precisos instantes, tanto en nuestro país como en el resto del mundo. Contrario a todas las buenas intenciones, en el mundo existe cada vez más hambre y pobreza.
Lo paradójico es que esta situación se produce en tiempos de asombrosos avances tecnológicos, de riquezas sin precedentes, con la existencia de abundantes cantidades de alimentos, ubicadas en pocos países y, peor aún en manos de pocas empresas transnacionales alimenticias.
PLANTEAMIENTOS DE LA FAO
En cierta forma este organismo especializado del Sistema de Naciones Unidas se adelantó a los recientes acontecimientos y escogió este año como tema de reflexión del Día Mundial de la Alimentación el de "Combatir el hambre para reducir la pobreza".
Hace cinco años se celebró en la sede principal de la FAO, en Roma, Italia, la "Cumbre Mundial sobre la Alimentación", en la cual los representantes de 185 países (Panamá entre ellos) aprobaron la "Declaración de Toma sobre seguridad alimentaria mundial". Esta importante declaración identifica, en su párrafo quinto, la siguientes cinco causas de la inseguridad alimentaria: la pobreza, los conflictos, el terrorismo, la corrupción y la degradación del medio ambiente. Igualmente reconoce la Declaración de Roma la aportación fundamental de la mujer a la seguridad alimentaria, sobre todo en las zonas rurales de los países en desarrollo.
SEGURIDAD ALIMENTARIA
En la década de los ochenta, del recién pasado siglo, los Estados miembros de la FAO adoptaron su concepto de seguridad alimentaria. Conforme al mismo se debe permitir a todas las personas, en todo momento, acceso físico y económico a alimentos sanos y nutritivos para mantener una vida sana y activa. Este concepto conlleva tres dimensiones: disponibilidad, acceso y estabilidad y varios niveles: mundial, nacional, familiar e individual.
POBREZA CAUSA DEL HAMBRE Y VICEVERSA
Si bien la pobreza es en efecto causa del hambre, cada vez se hace más patente que también lo contrario es cierto; es decir, el hambre no sólo causa pobreza sino que la refuerza.
Las personas que pasan hambre no pueden esperar los beneficios de infraestructuras, de una distribución más equitativa de los recursos, acceso a tierra y crédito, ni a los demás elementos de la política macroeconómica. Es esencial la ayuda urgente que comprendan programas de alimentación escolar, alimentos complementarios para las mujeres encinta y lactantes, ayuda alimentaria de urgencia y programas que ayuden a las personas a ser autosuficientes con el desarrollo de planes de empleo y crédito. No se trata de paternalismo ni populismo.
SITUACION PANAMEÑA
La Declaración de Roma planteó reducir el " número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015". En Panamá nos alejamos de esta meta pues durante los últimos dos años tanto el hambre como la pobreza han aumentado. Así, un 40 por ciento de la población vive bajo la línea de pobreza, es decir, no pueden satisfacer adecuadamente sus necesidades básicas de consumo de alimentos, vivienda, salud, educación e ingresos.
Por otra parte, más de la mitad de los niños en nuestro país son pobres y esta condición plantea limitaciones en su educación ya que el niño que sufre hambre y va a la escuela la cuesta trabajo concentrase y asimilar los conocimientos. Estamos formando, pues, una futura generación con dificultades para construir su futuro. El actuar tendiente a solucionar los problemas del hambre y la pobreza, no es sólo obligación del Gobierno sino de toda la sociedad panameña. El autor del artículo es Ex miembro de la Misión Permanente de Panamá ante la FAO. |