Un jurado de conciencia declaró culpable a Adrianna Aimee Grenald Urriola, sindicada por el delito de homicidio doloso en perjuicio de su hijo recién nacido.
Esa condena por parte del jurado de conciencia se logró por los argumentos del fiscal Primera Superior, James Bernard.
Ese hecho se originó el 8 de junio de 2005, en Villa Luchín, Tocumen, con el alumbramiento de un infante dentro de una letrina. La criatura murió tres meses después bajo los cuidados de las religiosas de la Casa San Hogar.
Se logró constatar que la madre, luego de dar a la criatura, la dejó tirada en la letrina y le prendió fuego, causándole quemaduras de segundo y tercer grado.