"Tienes que ayudarme a cuidar a mamá". "Estoy cansada y el dinero hace falta pa las medicinas y alimentos"..."No puedo cuidarla. Estoy ocupada. ¿Por qué no la met al Asilo de Ancianos?"... Fue la respuesta que dio una hermana a otra cuando la que cuida con amor a la madre de ambas, solicitó "una mano" a la olvidadiza hija.
"Ganas de darle una cachetada por la contestación, no me faltaron", expresó con enojo la sorprendida señora ante el desinterés por la salud de su progenitura.
Casos de maltrato a los padres y adultos mayores parece que abundan más de lo q uno cree. En una ocasión en que mi padre me acompañó al Asilo de Ancianos en uní actividad benéfica, su asombro fue grande al hallar en esa casa a un amigo que tenía edad. En ese entonces, era un hombre de cincuenta y cuatro años cuyos hijos lo habí; echado de su hogar.
El señor le contó a mi papá, que prefirió irse al Hogar de Ancianos por su cuenta c sufrir la ingratitud de su familia.
Injusta es la vida para quienes han vertido sus energías en familiares ¿pe no han apreciado estos esfuerzos de arduo trabajo. Conozco un educador que su enfermedad ha sido motivo para que su esposa e hijas se hayan condolido ante su situación. Le exigen continuar laborando a pesar de que ya su memoria no funciona como en sus a de mayor productividad. Anda arrastrando los pies...
Quizás, la ambición por el dinero, el lujo o el estar de brazos cruzados sea una razc más poderosa que los buenos sentimientos hacia quienes les dieron la vida. Tampoco descarto que las necesidades por alimentos, deudas o medicinas; sean tan grandes qut no importa sacrificar al mismo necesitado de atenciones.
"El hombre es el lobo del hombre", una frase lapidaria que horroriza, pero resulta cierta en estos hechos.
Nada justifica que una persona sea humillada de esta forma hasta exponerla al mun de manera indigna.