Se siente la pólvora. Dos homicidios han desatado una ola de violencia cuyo desenlace serán impensables, aseguró uno de los integrantes de la banda en conflicto denominada Bagdad.
El último de los crímenes se perpetró la mañana del pasado martes, contra Jesús Nicolás Castro Alias "Fulo Candela", de 17 años quien murió en situación extraña.
Una de las once tías que tenía la víctima dijo "que su sobrino, primero fue brutalmente golpeado por dos policías que Héctor Avila llevó dentro de su auto hasta la Renovación Urbana junto al asesino".
Y el pandillero dijo que un testigo vio cuando los policías golpearon a su amigo y después el homicida le dio la estocada final que fueron tres puñalada, dos en el cuello y la otra en el tórax.
"Se especuló que Candela iba a robar, cosa que no es cierta", dijo la fuente quien exigió anonimato, pero que detalló que todo este problema con Héctor Avila surge desde la muerte de su hijo.
Héctor Antonio Avila Withaker, alias "Titi", el hijo del dirigente de El Chorrillo fue asesinado el pasado 17 de junio de 2006 a tiros frente a sus amigos en La Siesta de Tocumen.
La Policía informó que las investigaciones revelaron que "Candela " pertenecía a la banda de los "Doce Discípulos de calle 21 El Chorrillo.
A los 17 años estuvo presuntamente implicado en un robo en contra del conductor de un bus, un caso de posesión ilícita de arma de fuego y por posesión de sustancias ilícitas.
Héctor Avila en una entrevista concedida a un medio televisivo negó las acusaciones hechas por la banda Bagdad y aseguró que no guarda relación con este crimen.