NO QUIEREN QUE LAS DESALOJEN
Solidaridad
con las religiosas de "El Caño"
Delsi Sánchez
Crítica en Línea
Más de
una ventena de personas permanecieron ayer en la sede del Instituto
de las Hermanas Dominicas de la Epifanía ubicado en El
Caño de Dolega, en espera de que se hiciera efectiva la
orden de disolución.
Hasta horas de la tarde no se había apersonado al lugar
algún representante de la Diócesis de David.
Según una de las feligresas, identificada como Ana
Teresa, la decisión de la comunidad es acompañar
a las religiosas que permanecen en esa residencia luego de la
orden de disolución decretada por Monseñor José
Luis Lacunza, Obispo de la Diócesis, ya que la consideran
incorrecta, puesto que las hermanas hacen mucho por el pueblo
católico del lugar.
Dijo que el testimonio de vida de las hermanas está
presente en la comunidad porque a cualquier hora del día
o la noche siempre se han mostrado prestas a atender la necesidad
de cualquier enfermo.
Indicó que esperaban la presencia de Lacunza para convencerlo
de que no se desaloje a la tres religiosas por lo que se mantenían
en oración "para que Dios ilumine al jefe de la grey
católica en David y lo haga ver el error que está
cometiendo".
Por su parte, la hermana Amelia afirmó que la posición
del Obispo es que se quiten los hábitos y el traspaso
a la Diócesis de todos los bienes muebles e inmuebles
de la congregación.
Dijo que se está consultando y que la Diócesis
nunca aportó recursos económicos para la creación
o mantenimiento del Instituto, por lo que es absurda la orden.
Destacó que esos bienes se adquirieron por esfuerzo
de muchas personas, entre ellos, Sor Margarita García
de Paredes, amigos y familiares de ésta, quien según
se conoció, se vio obligada a firmar un documento que
le impide tratar el conflicto públicamente.
Se hicieron múltiples esfuerzos por conseguir la versión
de Lacunza, sin embargo, no fue posible contactarlo.
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