La cocaína está matando los grandes parques naturales de Colombia.
La fumigación gubernamental para destruir la hoja de coca está desplazando a los cultivadores y los traficantes desde su territorio habitual hacia los parques nacionales donde la aspersión aérea está prohibida. Y ahora están quemando miles de hectáreas de selvas vírgenes y envenenando los ríos con sustancias químicas.
El Gobierno enfrenta un arduo dilema: fumigar con el herbicida glifosato que sería muy dañino o dejar que continúen y aumenten los destructivos cultivos de coca. La pregunta es �cuál es peor?
Colombia tiene una enorme riqueza en biodiversidad como el país que contiene el 15% de todas la especies de plantas y uno de los más diversos en anfibios, mamíferos y pájaros. Docenas de especies sólo habitan en sus selvas tropicales y en las montañas de los Andes. Una de las más ricas es el Parque Nacional de la Macarena, donde los micos saltan a través de la espesura de la selva y siete especies de un gato gigante se mueven por las sombras.
Pero La Macarena está amenazada por la cocaína. Un vuelo reciente por un sector de sus 640.000 hectáreas reveló caminos quemados y los troncos de los árboles derribados por la acción de los cultivadores de coca.
LABORATORIOS DE DROGA
Los intrusos también han construido docenas de laboratorios de drogas en el parque y en la aldea de Puerto Arturo, y están haciendo acopio de toneladas de gasolina, cemento, ácido hidrólico y otras sustancias químicas tóxicas para procesar las hojas de coca y convertirlas en cocaína. Todo esto contamina los ríos y la tierra.
Hasta el momento sólo una pequeña fracción de la Sierra de la Macarena ha sido afectada, pero el aumento de los cultivos es alarmante.
La cantidad de hectáreas de coca sembradas se ha triplicado de 3.840 en el 2003, según la Policía Antinarcóticos. En total, 11.200 hectáreas son cultivadas en los 49 parques nacionales de Colombia, comparadas con 4.400 sólo hace tres años.
Pero la destrucción es peor que lo que las cifras indicarían; por cada hectáreas de hoja de coca plantada, en promedio, se destruyen tres hectáreas.
PARQUE REFUGIO DE TRAFICANTES
�Los parques nacionales ofrecen el refugio perfecto para los traficantes�, dice el coronel de la policía Henry Gamboa, mientras su helicóptero Black Hawk baja en picada sobre un laboratorio de cocaína en la Sierra de la Macarena. �Prácticamente no hay nada que podamos hacer. Tenemos nuestras manos atadas�.
La coca es sembrada por campesinos que la procesan como pasta y la venden a guerrilleros o paramilitares que refinan la pasta y la vuelven cocaína. Los dos grupos tienen infiltrados los parques nacionales de Colombia.
El Gobierno está estudiando si levanta la prohibición de fumigar en los parques. Si no lo hace, los cultivadores aumentarán sus sembrados en las reservas. Pero los grupos indígenas y los ambientalistas afirman que la aspersión será dañina para los animales y el medio ambiente.
USA AYUDA A LA ERRADICACION
Los Estados Unidos ha entregado miles de millones de dólares en los últimos cinco años a Colombia para fumigar los cultivos de coca, lo que según las Naciones Unidas ha ayudado a reducir la producción de cocaína colombiana el último año en 13%.
Los ambientalistas insisten en que la solución es que trabajadores gubernamentales destruyan los sembrados con machetes, un método que ha funcionado en las áreas montañosas a la que difícilmente llegan los aviones de fumigación.
Pero en la Sierra de la Macarena y otros parques nacionales hay guerrilleros que amenazan matar al que practique la erradicación manual, dicen funcionarios.
La policía antinarcóticos recientemente llevó a políticos, jueces y periodistas en un helicóptero por la Sierra de la Macarena, donde las sabanas se encuentran con la selva amazónica a unos 140 kilómetros al sur de Bogotá.
�Nos gustaría hacer erradicación manual, pero en algunas regiones del parque.. el acceso es muy difícil� , dijo la ministra del medio ambiente Sandra Suárez.
