Las voces oficiales permanecen en silencio, pero los analistas dicen que las señales -movilización militar, formación de una coalición y los pronósticos del clima después de los ataques del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, que dejaron cerca de 7.000 muertos o desaparecidos.
Pero la estrategia estadounidense para combatir el terrorismo que muchos esperan, un ataque militar, no se ha materializado todavía. Pese al fuerte sentimiento público de un pueblo norteamericano dispuesto a tomar represalia, Estados Unidos ha desplegado firmemente sus fuerzas en ultramar, pero sin abrir fuego durante más de dos semanas.
Se cree que los principales objetivos de un ataque militar son el militante de origen saudita Osama bin Laden, su organización Al Kaidah (La Base) y el gobernante movimiento Talibán de Afganistán, que alberga a Bin Laden y rehusó entregarlo a Estados Unidos.
Los analistas dicen que la primera ronda de ataques podría ser dentro de unas dos semanas para evitar el debilitamiento de la coalición, y también razones más prácticas como las nevadas de octubre en Afganistán. |