El presidente de Estados Unidos, George W.Bush -quien en enero deberá dejar la Casa Blanca- anunció una nueva iniciativa para promover el libre comercio en el continente. Además en las últimas semanas ha destacado la necesidad de que el Congreso apruebe los Tratados de Libre Comercio con Panamá y Colombia.
Ya la vieja aspiración norteamericana de establecer un Área de Libre Comercio en las Américas ha sido abandonada.
Ahora Bush quiere establecer un bloque de libre comercio que incluiría a Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá y Perú, además de Estados Unidos.
Ya no será el proyecto del ALCA, pero el futuro de la nueva propuesta dependerá de quién gane las elecciones por la Casa Blanca, porque es sabido que los Demócratas no son muy partidarios de ese tipo de acuerdos.
Panamá y Estados Unidos firmaron el 28 de junio del 2007 el Tratado de Libre Comercio (TLC), en la sede de salón América de la Organización de Estados Americanos (OEA), pero no ha sido ratificado por el Congreso y muy improbable que se logre en medio de una campaña electoral.
El TLC elimina barreras y aranceles para el comercio de productos y servicios entre los dos países. Ya fue ratificado por la Asamblea Nacional de Diputados de Panamá. La negociación del TLC entre Estados Unidos y Panamá tomó más de tres años e integra al libre comercio a dos países con un intercambio anual de 2,500 millones de dólares, de los cuales 300 millones de dólares corresponden a exportaciones panameñas. Al entrar en vigencia, más del 88% de las exportaciones de productos industriales y de consumo de Estados Unidos a Panamá se liberarán de gravámenes.
En los siguientes cinco años se desgravará otro 4% y el resto en 10 años.
Actualmente, el 95% de los productos panameños exportados a Estados Unidos no pagan aranceles de introducción, gracias a varios programas preferenciales.
La ventaja es que el TLC convierte en permanentes esos beneficios.