El celular estaba dañado. Una fuerte descarga eléctrica lo había fulminado... Me acerqué al empleado de la empresa, quien debía entregarme el nuevo celular. ¿Pero qué haría con el viejo?
Con esta curiosidad, inicié mi conversación. Pregunté al trabajador dónde podía botar el teléfono y la batería. El joven me miró con burla y contestó que donde me diera la gana.Su respuesta me molestó.
A esta actitud gros era, respondí diciéndole que el producto vendido por ellos traía una advertencia sobre la contaminación que causaba la batería. Por lo que volví a preguntar si la empresa recogía estos desechos o había un sitio especial para tirarlos.
Ya sin risas, me dijo que no sabía. Que este procedimiento lo hacían en otros países, menos en Panamá.
Es asombroso que los empleados de empresas como estas no sean capacitados en cómo orientar a los clientes sobre este tema. Así también que no sepan que las baterías de celulares contaminan el ambiente.
El reciclaje es más que un tema de moda, es materia de responsabilidad. Desconocer los daños que podemos causar por ignorancia o indiferencia hacia el grave problema de contaminación en el mundo, no nos libera de ser sancionados por la ley. La mala actitud que muestran algunas personas cuando se les hacen preguntas como dónde botar un celular, porque la consideran tonta, demuestra que aún no hay suficiente conciencia sobre el peligro que nos rodea.