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Comer

Milcíades Ortíz | Catedrático Universitario

Lo que estaba comiendo se me atragantó. No podía "bajarlo" al estómago, porque estaba mi mente impactada por lo que vi y escuché en la televisión. Para un anuncio "político pagado", donde un candidato a las primarias del PRD buscaba votos explotando la miseria humana.

Se mencionaba que una mujer humilde con cuatro hijos, no los podía mantener por el alto costo de la vida.

Por eso, la madre decidió enviar dos de sus hijos al interior del país, donde unos familiares.

Y el candidato con voz llorosa indicaba que una de las niñas le decía a la madre que no la alejara de ella, que no comería para no ser un problema.

¿Cómo iba a seguir comiendo ante esa tragedia?

Pero mi mente comenzó de inmediato a analizar la situación. Es cierto que lo presentado es terrible, pero el enfoque del político PRD se fue "por las ramas", como dicen cazadores ilegales de iguana en Las Vueltas, Chiriquí.

Aquí estábamos viendo un drama que ocurre en muchas familias panameñas, tanto de clases bajas como medias. Eso es producto de la irresponsabilidad del padre de esos niños, quien no aparece por ningún lado para asumir su responsabilidad.

No se trata de dar dinero de todos los panameños para aliviar esa situación, sino exigir responsabilidad tanto al padre como a la madre de familia.

Es que se debe insistir en campañas para alertar a los jóvenes panameños sobre la responsabilidad que significa tener hijos.

Porque si el padre de esos cuatro hijos pagara pensiones alimenticias, la madre no tuviera que pensar en mandar a la mitad de la prole al interior porque no hay comida.

El asunto no es querer que los jóvenes y adultos no tengan relaciones íntimas, sino que sepan las consecuencias que trae si no se hace de manera segura.

Los centros de salud regalan anticonceptivos para que las parejas hagan planificación familiar. Que tengan los hijos que desean, a los que pueden darle además del amor, comida, ropa, atención y cariño.

Basta ya de andar tapando el sol con las manos en este asunto. Es de muy mal gusto la manipulación sentimental que quiso hacer ese candidato, explotando un grave cuadro de pobreza familiar.

Debió señalar que en su gobierno se lucharía porque fuera efectiva la responsabilidad, tanto de padres como de madres en las familias. Lo demás es demagogia barata...



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