En todas las empresas hay ciertos elementos que pasan 10, 20 y más años haciendo el mismo trabajo. Son como los cocodrilos, que se han mantenido iguales desde los tiempos prehistóricos.
Pero esto no tiene nada de malo, ya que cada quien tiene aspiraciones y prioridades diferentes. Al igual que los cocodrilos han visto surgir y extinguirse a miles de especies animales, así mismo los cocodrilos de las empresas pueden decir con orgullo que han visto ir y venir a bastantes empleados que creían ser "lo máximo" y no pudieron subir la loma, mientras ellos siguen firmes como una roca, porque saben que su experiencia los guía a hacer su trabajo mejor que nadie.
Pero no todos los cocodrilos se limitan a dedicarse a los asuntos. Hay algunos que están demasiado pendientes de los demás; demasiado llenos de envidia.
Tuercen la boca cuando empleados más jóvenes que llegaron hace pocos meses comienzan a destacarse y subir como la espuma. Es entonces que a estos reptiles les da por morder: iniciado conspiraciones y difundiendo rumores y bochinches.
¿Cuál es la diferencia entre los cocodrilos buenos y los malos? Pues que los segundos hace rato dejaron de hacer su trabajo con empeño; laboran en piloto automático, y la empresa prefiere que se jubilen a tener que costear un despido.
Sencillamente se han convertido en otra parte del mobiliario de la empresa, y creen que deberían ser ascendidos simplemente porque llegaron antes que los demás; como si los aumentos y promociones se otorgaran simplemente por estar primero en la fila.
Alguien puede haber estado en un puesto de trabajo durante 25 años pero, ¿cuántos de esos años hizo sus tareas bien?