La Asamblea General de la ONU, que inicia sus debates públicos este martes, reunirá a un centenar de jefes de Estado o de Gobierno que se centrarán en evaluará los avances en desarrollo y lucha contra la pobreza, al tiempo que aprovecharán para intensificar sus relaciones bilaterales.
En la 63 Asamblea General de Naciones Unidas, inaugurada el pasado martes, se verán las caras por última vez presidentes antagonistas como el de EE.UU. e Irán, pues George W. Bush, en la recta final de su segundo mandato, hará probablemente su despedida del escenario multilateral.
El nuevo presidente de la Asamblea, el sacerdote y ex canciller nicaragüense Miguel DEscoto, ya adelantó esta semana que en este periodo de sesiones buscaría la "democratización de las Naciones Unidas".
El ex canciller sandinista aseguró que "la falta de democracia" en el organismo internacional es una de las "causas profundas" de "problemas acuciantes" como el hambre, la pobreza, la violencia y la desigualdad.
Bajo la presidencia de DEscoto, abrirá los debates el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a continuación el primer país en dirigirse a la Asamblea, como ya es tradicional, será Brasil, con su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, seguido por EE.UU. y Bush, y Francia y Nicolas Sarkozy.
Brasil ya ha avanzado que en ese foro defenderá el multilateralismo, la reforma del Consejo de Seguridad y el uso de los biocombustibles.