EDITORIAL
Asesinatos en las cárceles
En la última semana se han registrado tres asesinatos en el centro penitenciario de La Joya, sin que las autoridades del penal pongan correctivos para evitar esta situación. De manera espantosa uno de los reos es cocido de 67 puñaladas y nadie dice ni sabe nada. El Código de Silencio impera tras los barrotes. Los reclusos en vez de corregirse, se convierten en asesinos o víctimas dentro del penal.
¿Es que nadie supervisa nada en materia penitenciaria?. ¿Quién vigila en las cárceles?. En Panamá no hay pena de muerte, pero de hecho se está implementando en La Joya, donde los miembros de las bandas rivales se matan unos a otros.
El sistema penitenciario debe modernizarse y además de contar con custodios, hay que recurrir a los dispositivos electrónicos de seguridad para mantener una adecuada vigilancia. Aunque una persona se encuentra detenida, el Estado debe garantizar su protección al privado de libertad.
Se debe acabar con el código del silencio que hay en las cárceles, lo que no solamente alcanza a los detenidos, sino a los custodios y a los propios administradores de las prisiones. Cada vez que se reclama al gobierno que se mejore el sistema carcelario, se recurre a la trillada excusa de la falta de presupuesto, pero ¿cuánta plata se necesita para vigilar adecuadamente las prisiones y evitar los asesinatos entre presos?.
El Ministerio de Gobierno, el Ministerio Público, abogados y el Organo Judicial se tiran permanentemente la bola sobre la mora judicial, que permite que casi el 80 por ciento de los detenidos no registren una sentencia condenatoria.
¿Cómo pretendemos reformar al delincuente, si las autoridades no son capaces de superar la mora judicial, que se traduce en hacinamiento en las penitenciarias?. Las cárceles panameñas no pueden seguir siendo escuelas para el crimen ni lugares en los que se cometen asesinatos y nadie hace nada. Cada año se producen estudios tras estudios sobre la situación del sistema penitenciario, pero el material parece que se guarda en los archivos de los ministerios, porque los problemas son los mismos y nunca se resuelven.
PUNTO CRITICO |
 |
|