CENTRO AMERICA Guatemala tiene segundo lugar de América en niños trabajadores
Guatemala
ACAN-EFE
Unos dos millones de niños trabajan inmersos en una serie de peligros y con bajos salarios, lo que significa que Guatemala tiene la segunda tasa más alta de América Latina, después de Ecuador en el mercado laboral infantil. Un estudio de la Oficina de los Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA) sobre la situación de la niñez en 1999 revela que en este país un 23 por ciento de niños entre los 10 y 14 años trabajan, mientras en el Ecuador la tasa llega al 30 por 100. Un 51,6 por ciento de la población de Guatemala, que la ODHA estimó en el estudio en 10,3 por ciento, es menor de 18 años. La existencia de niños y adolescentes trabajadores no es un fenómeno nuevo en la historia económica de Guatemala, ya que ha sido una constante entre las familias de comunidades campesinas e indígenas, pero nunca su presencia había sido tan notoria y en tan variadas actividades "ni tan dramática e imprescindible para la supervivencia familiar". La falta de fuentes de trabajo para los adultos acarrean el aumento del mercado laboral infantil, porque su mano de obra es considerada como barata y competitiva, ya que son sometidos a largas jornadas con malos tratos y condiciones a veces infrahumanas, sin ningún tipo de seguridad y una remuneración baja, señaló. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), citada por la ODHA, la fuerza laboral infantil se concentra en la zonas urbanas, específicamente en la capital en las ciudades de Quetzaltenango (occidente), Escuintla (sur) y Puerto Barrios (Caribe). Explicó que tres cuartas partes del total de la niñez trabajadora se ubican en sectores más atrasados de la economía, como el informal (vendedores callejeros), el servicio doméstico y el rural que incluye a los limpiabotas y a los que lavan y cuidan vehículos. Se estima que unas 92.800 niñas trabajan como domésticas, en su mayoría en la capital. Un 38,4 por ciento de los niños trabajadores son indígenas de entre 10 y 14 años que provienen de las comunidades de Quiché, Totonicapán, Quetzaltenango, Sololá, Chimaltenango y Baja Verapaz. El Arzobispado dijo que en Guatemala una gran cantidad de niños y adolescentes realizan actividades laborables con altos riesgos para sus vidas. Entre ellos mencionó a los que trabajan en la elaboración de petardos conocidos como "los niños de la pólvora", a los que parten piedras llamados "picapiedras" y a los que lanzan llamas con la boca o "dragoncitos". De acuerdo con la Oficina del Menor Trabajador del Ministerio de Trabajo y Asistencia Social, 3.000 se dedican a la elaboración de la pólvora, otros 200 recolectan desechos en los basureros y otros 5.000 trabajan en coheterías clandestinas. Pero el sector que ocupa el primer lugar en el empleo de niños y adolescentes es el campo, donde hay 318.738, seguido de la manufactura con 64.569. Los niños trabajadores representan el 17 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), dice el informe. Sin revelar el monto, la ODHA señala que el lado malo del trabajo infantil es que tienen mal salario y no tienen tiempo para estudiar y que el principal riesgo es que las actividades las realizan en plena calle y a veces en altas horas de la noche, lo que pone en peligro su integridad física y dignidad. Un dirigente sindical, Luis Lara, dijo que el problema de los niños y adolescentes que trabajan es "complejo", debido a que los efectos de la globalización económica y las medidas de ajuste estructural, están agravando la situación de las familias guatemaltecas. Lara señaló que debido a que estos niños no cuentan con educación, son víctimas de explotación y abusos, y anunció que las organizaciones gremiales trabajan en un proyecto que proteja sus derechos.
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