PRESIDENTA TIENE REFORMAS ENGAVETADAS
Réquiem
al Código Penal
Eduardo Soto P.
Crítica
en Línea
Para
escribir este artículo se pueden echar manos de muchos
conceptos pero, para no extraviar al lector, el periodista debe
empezar por enumerar cinco datos o momentos elementales:
- En diciembre de 1993 el presidente Guillermo Endara Galimany
decidió crear dos comisiones: una para reformar el Código
Penal, y otra para redactar el Primer Código Procesal
Penal, siendo esta última una idea novedosa en Panamá.
- En diciembre de 1995 (dos años después), Ernesto
Pérez Balladares designó los integrantes de estas
comisiones. En agosto de 1998 (casi tres años después)
nombró otra comisión, esta vez para revisar lo
actuado por el grupo original.
- En abril de 1999, la comisión revisora entregó
a la Presidencia los nuevos códigos, que contienen innovaciones
en materia legal, y aumentan las penas por algunos delitos, incluyendo
-aunque en pocos años- el homicidio.
- En diez años (de 1989 a 1998), los casos de homicidio
conocidos en los tribunales pasaron de 230 a 558. Panamá
es el país latinoamericano con la pena más baja
por homicidio, 20 años... y
- La presidenta Mireya Moscoso mantiene engavetado el proyecto
que prepararon los comisionados. Esto tiene dos explicaciones:
o a ella no le interesa sacarlo para el debate, o El Toro
(el lector debe recordar que no hubo transición) nunca
le dijo en qué gaveta estaba.
¡Ah!, una cosa más: los parientes de las víctimas
de asesinato están hartos.
RETROSPECTIVA
¿Qué se puede hacer con una hebra de hilo? Iniciar
el tejido de un gran mantel.
¿Y qué más? Descoserlo.
Tal vez esta no sea la mejor forma de seguir. El periodista
debiera ir al grano, y cuestionar a quien lee este artículo
de la manera siguiente: ¿Le han matado a puñaladas
a algún hijo, a un hermano, a su padre o a su madre? ¿El
asesino está libre? Si no es así, y está
preso ¿Le parecen bien 20 años de cárcel...
desea más?
En 1995 un par de jóvenes asesinaron a una desconocida
estudiante de computación, Amparo Morales; la descuartizaron
y sancocharon los restos. El producto, un amasijo de carne ennegrecida
y coágulos, fue a parar al vertedero de Cerro Patacón,
donde unas que otras partes fueron encontradas al azar por unos
recolectores de desechos.
Uno de los asesinos, Carlos Fuentes, confesó que hirvió
la cabeza con agua y sal, y bebió el brebaje final para
no dejar rastros. Esta parte del cuerpo nunca apareció.
¿Cuál fue la condena para estos asesinos? :
20 años.
A principios de los setenta un interiorano también
recibió esta condena, pero por el asesinato múltiple
de prostitutas a quienes estrangulaba con la ropa de ellas mismas.
Este hombre ya había estado 10 años preso antes
por homicidio simple (mató a una mujer que lo sorprendió
mientras intentaba robar en una casa). Y otras temporadas las
pasó en prisión por delitos menores. Actualmente
está libre, porque cumplió su pena (20 años)
por los asesinatos en serie. ¿Volverá a matar?
Hay otros casos de homicidios premeditados, como aquellos
en los que un sicario es contratado para ejecutar a narcotraficantes
que incumplen tratos con la mafia. Para estos criminales, también
la mayor de las penas: 20 años.
El último homicidio escandaloso ocurrió en un
caserío de Río Mar, en Puerto Armuelles, Chiriquí.
Un hombre de 25 años apuñaló hasta matarlas
a una mujer 31 años y a su hija de 11. A la otra de las
hijas de ella, de ocho años, la mantiene en el hospital
con 17 heridas de cuchillo en el cuerpo. La niña sobreviviente
no olvidará jamás este episodio sangriento.
Si en el juicio no prueba que sufría de TMT (trastorno
mental temporal) este criminal irá a la cárcel
por la pena máxima: 20 años.
AUMENTO DE PENAS
¿Veinte años no son nada? Para las familias
de las víctimas de crímenes atroces son precisamente
eso: Nada. Para los reos, toda una vida.
Hay quienes consideran que el Código Penal debe reformarse,
porque no es posible que un asesino múltiple, un sicario
(que cobra por matar), un descuartizador de estudiantes, y un
monstruo que acribilla a una mujer y sus hijas, reciban todos
la misma pena.
Si el crimen es cada vez más cruento, más
duro debe ser el reproche de la sociedad, señaló
el ex fiscal Rogelio Saltarín, quien agregó que
los extremos de las penas por homicidio actualmente son muy estrechos
(homicidio simple 5 a 12 años; y homicidio calificado
12 a 20 años).No es cuestión de aumentar
penas, sino de ampliar los rangos para que el juez tenga de donde
escoger según sean los agravantes, señaló
el ex fiscal, quien ahora funge como litigante, principalmente
en la defensa.
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Si en el juicio
no prueba que sufría de TMT (trastorno mental temporal)
este criminal irá a la cárcel por la pena máxima:
20 años.
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