EDITORIAL
Pueblo contra pueblo
La tensión por los sucesos que han ocurrido en el empalme, el puente sobre el río Sixaola y otros sitios de la provincia de Bocas del Toro donde se han llevado a cabo acciones de fuerza por los antimotines, ponen de manifiesto la confrontación de pueblo contra pueblo, porque los uniformados también pertenecen al pueblo. A todo esto, hoy parece inminente el desarrollo de una serie de sucesos cuando los usuarios se nieguen al aumento del transporte público decidido unilateralmente por los transportistas. El potencial choque de ambos sectores se dará en momentos menos oportunos porque el panameño padece de una precaria economía y el movimiento del alza del pasaje de 15 a 25 centésimos es antipopular. El Gobierno pretende lavarse las manos en este asunto ya que una alternativa sería la colaboración de policías en cada parada de buses, para hacer cumplir las leyes ya que el alza del transporte no tiene el aval de las autoridades de tránsito. Reconocemos que desde hace muchos años no se dan aumentos en el pasaje y la gasolina ha subido lo mismo que las llantas y otros accesorios. Pero hay que saber diferenciar entre el busero que siempre vive endeudado y del propietario del bus que los compra a precios irrisorios en los Estados Unidos y explotan el servicio en Panamá con una cuenta leonina. Como quiera que el Gobierno no ha propiciado el diálogo y los transportistas tratan a los pasajeros con grosería y proyectan un mal servicio, estamos en un callejón sin salida como esperando que caiga el maná del cielo para solucionar este enojoso problema.
PUNTO CRITICO |
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