La fiebre es uno de los signos más frecuentes de enfermedad en los consultorios de pediatría, y representa entre el 19 a 30% de las visitas.
Un estudio identificó que el 34% de las llamadas telefónicas realizadas a los pediatras eran por problemas en niños menores de 5 años. La fiebre fue la razón principal de las llamadas ocupando el 64% de todas las llamadas.
Empecemos por decir que la fiebre es una elevación de la temperatura por arriba de los parámetros considerados como normales en los diferentes sitios del cuerpo para su control. Hablamos de fiebre cuando la temperatura se encuentra por arriba de 37.8 grados centígrados.
Según el Dr. Roderick Alexis Bejarano Cascante, pediatra del Hospital de Especialidades Pediátricas de la CSS, las causas más comunes de fiebre son las infecciones, el 56% de los niños con fiebre mayor o igual a 39 grados centígrados fueron diagnosticados con una infección bacteriana, el 3% presentaba una infección viral específica y el 32% una infección viral no específica. El diagnóstico más común fue el de otitis media en el 48% de los casos.
Existen diferentes tipos de fiebre. La fiebre continua que se mantiene elevada a pesar de tomar antitérmicos; la fiebre intermitente que tiene picos pero entre ellos es normal, como en el paludismo; la fiebre oscilante que posee diferentes valores a lo largo del día; y la febrícula que se mantiene entre 37.5 y 37.8 grados centígrados.
En realidad no es una enfermedad, se considera una respuesta protectora ante los diferentes microorganismos infectantes. Lo importante en la fiebre es hacer el diagnóstico adecuado de su causa.
EL TRAUMA DE LAS CONVULSIONES
La convulsión febril se produce sin ninguna infección del cerebro, de la médula espinal o del sistema nervioso central.
Las convulsiones febriles simples son inofensivas y no existe evidencia de que causen muerte, lesiones cerebrales, epilepsia, retardo mental, disminución del IQ o problemas de aprendizaje.
Durante la convulsión, los padres deben dejar al niño en el sitio donde se produjo el evento; puede poner una cobija debajo del niño si lo acuesta en el piso.
Muévalo sólo si está en un lugar peligroso, quite los objetos que puedan lesionarlo, afloje cualquier prenda de vestir que le quede ajustada, especialmente alrededor del cuello. Si es posible, abra o retire la ropa de la cintura para arriba.
Si el niño vomita o si se le acumula saliva o mucosidad en la boca, voltéelo de lado o boca abajo. Esto es importante también si la lengua está obstaculizando la respiración.
ENTRE JARABES Y PASTILLAS
Existen múltiples medicamentos para el control de la temperatura. Probablemente el acetaminofén sea el más utilizado, pero en años recientes han cobrado igualmente importancia los antiinflamatorios no esteroideos, de los cuales probablemente el más conocido sea el ibuprofeno, el de más reciente introducción en nuestro país es el Ketoprofeno en jarabe que contiene una jeringa dosificadora que ayuda a administrar la dosis exacta ordenada por el médico.
Hay que tener claro que los supositorios se utilizan cada vez menos porque se ha comprobado que la capacidad de absorción de esta fórmula de presentación varía de una persona a otra.