Para muchos las cucarachas son sinónimos de asquerosidad, mientras que para los científicos un beneficio para la salud del ser humano.
Y es que los investigadores de la Universidad de Nottingham, en Leicester, han descubierto potentes propiedades antibióticas en el cerebro de las cucarachas y langostas. Simon Lee, responsable del estudio, describe cómo su grupo identificó hasta nueve moléculas diferentes, en los tejidos de los insectos, que eran tóxicas para las bacterias. Estas sustancias podrían conducir al desarrollo de nuevos tratamientos para infecciones bacterianas resistentes a múltiples fármacos.
"Esperamos que estas moléculas puedan finalmente convertirse en tratamientos para las infecciones de E. Coli y SARM que cada vez son más resistentes a los fármacos actuales", apunta Lee. Además, el investigador señala que estos nuevos antibióticos podrían proporcionar alternativas a los fármacos actuales que pueden ser eficaces, pero que tienen graves efectos secundarios.
"Los insectos a menudo viven en ambientes insalubres y faltos de higiene en los que se encuentran con muchos tipos diferentes de bacteria. Por ello es lógico que hayan desarrollado vías para protegerse contra estos microorganismos", explica Lee.