Se ha comprobado que los abuelos que pasan más tiempo con sus nietos hacen de estos niños seres más sanos y felices. ¡No permitas que tus hijos se pierdan esa oportunidad!
Los abuelos son una parte vital en la crianza de chicos sanos y felices. La mayoría de los abuelos desearía que sus nietos tuvieran algunas de las mismas agradables experiencias que ellos tuvieron en su infancia, que hoy en día no son tan habituales, y están dispuestos a dejar mucho para conseguirlo.
Por ejemplo, desearían que sus nietos tuviesen la ayuda y el sostén de una familia unida, cariñosa y atenta, que concurran a escuelas seguras, y que vivan en vecindades seguras. Y saben muy bien que, desempeñando un papel cada vez más activo en las vidas de sus nietos, pueden tornar todos estos deseos en realidad.
Pero, lo sabemos, no siempre es fácil para los padres eludir las muchas veces conflictivas relaciones con sus propios padres. De todas maneras, esto no quita que sean muchos los padres que saben que una fluida relación entre abuelos y nietos, es como una recompensa para todos los integrantes de la familia, sobre todo en una sociedad cada vez más compleja, donde las mismas demandas del trabajo pueden tornar algo dificultosa la total implicación de los padres en las vidas de sus hijos.
Por eso mismo, hemos preparado estas sugerencias que pueden ayudar a maximizar la relación entre nietos, hijos y sus padres, logrando que esta relación intergeneracional sea más manejable para todos, y poder aprovechar este nuevo y mejorado vínculo en beneficio de todas las partes.
Como padre, debes saber que los abuelos y la familia extendida pueden convertirse en una gran ayuda para la crianza de tus hijos, sobre todo si tu estilo de vida es muy ocupado.
RELACIONES INTERGENERACIONALES
Los abuelos pueden vivir lejos o cerca, ser más cariñosos o más reservados, más atentos o menos preocupados, pero, en todos los casos, la mayoría de los padres los valoran como una imprescindible fuente de amor y educación para los niños, y como una gran ayuda para sí mismos, gracias a la experiencia que pueden aportarles con respecto a la crianza de los pequeños.
Los niños tienen generalmente una relación más relajada y cómoda con sus abuelos, antes que con sus padres.
Esto es así por que su tarea, más que de educadores, puede ser el de "amigos y cómplices", dispuestos a ser más tolerantes de sus travesuras. Los abuelos siempre brindan una gran confianza, por lo que los niños desarrollan amistades verdaderamente férreas con ellos.
Los padres no deben preocuparse por el excesivo consentimiento que reciben sus hijos de parte de los abuelos. La imposición de límites debe provenir de parte de los padres.