El discurso del Presidente Martín Torrijos durante el cambio de directiva en la Asamblea Nacional, en el que destacó una vez más lo que detalló como logros y triunfos de su gobierno en materia económica, contrasta con la situación en la que viven hoy día los panameños de clase media y los más humildes de este país.
El alto costo de los productos de primera necesidad, la elevada inseguridad, las tragedias ocurridas en el sector salud y transporte, y el rechazo al proyecto de seguridad, han dado duros golpes a la credibilidad e imagen de esta administración.
Y esta semana, el gobierno podría enfrentarse a partir de este jueves a uno de sus retos más difíciles, debido a una huelga general de trabajadores, convocada y organizada por la Coordinadora de Lucha por el Respeto a la Vida y Dignidad del Pueblo y el Frente por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (FRENADESO), organización que tampoco está ajena a críticas por sus métodos de lucha.
La intención de los miembros de la coordinadora es la de presionar al gobierno para que acepten un paquete de medidas entre las que se destaca un aumento general de salarios por 20%, congelar los precios de los productos de primera necesidad y detener la implementación del TRANSMÓVIL, el proyecto de modernización del transporte público en la ciudad capital.
De ser exitosa, no solo serán días duros para la administración de Torrijos, sino para el sector privado, incluyendo medianos y pequeños empresarios, y trabajadores independientes de clase media. Pero lo importante no es quien pueda más en esta lucha entre el gobierno y Frenadeso, sino que lo que resulte del diálogo entre ambos, resulten consensos que mejoren la vida de los panameños.