Érase una vez, en tiempos antiguos, un hombre llamado Lot, sobrino del hebreo Abraham, que vivía en la ciudad de Sodoma, cerca a Gomorra. Estas ciudades padecían de una muy mala fama, puesto que en ellas se suscitaban toda clase de pecados graves, por lo que un día Dios decidió destruirlas. Abraham, al enterarse de que su sobrino corría el peligro de morir junto con los habitantes de Sodoma y Gomorra, le dijo al Señor:
-¿Vas a destruir a los inocentes junto con los culpables? Tal vez haya 50 personas inocentes en la ciudad. ¡No es posible que hagas eso de matar al inocente junto con el culpable!
-Si hay 50 inocentes, perdonaré a todos respondió el Señor.
-¿Y si hay 45?
-Por esos 45 perdonaré a todos
-¿Y si hay 40 inocentes?-preguntó Abraham.
-Por esos 40 no destruiré la ciudad -afirmó Dios.
-Te ruego que no te enojes por insistir tanto, pero ¿si encuentras 30 inocentes?
-Hasta por esos 30 perdonaré la ciudad
-Disculpa mi atrevimiento por ser tan testarudo, pero ¿si hay 20 nada más?
-Por esos 20 no destruiré la ciudad.
-¿Y si encuentras únicamente 10 inocentes?
-Hasta por esos 10 no destruiré la ciudad -contestó el Señor.
Luego, Abraham regresó a su tienda de campaña.
Más tarde, Dios envió 2 ángeles en forma de hombre a la casa de Lot para que le alertaran acerca de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Entonces los seres celestiales llevaron a Lot, su mujer y sus hijas afuera de la ciudad para que permanecieren a salvo. Horas después, Jehová hizo llover fuego y azufre sombre Sodoma y Gomorra, acabándolas así junto con sus habitantes.
Mensajes: 1) Las justas intercesiones son fructíferas: Abraham, a través de su diálogo con el Señor, pidió de una forma muy peculiar que librara a su sobrino Lot de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Dios lo escuchó.
2) Debemos orar por otros y pedir que oren por nosotros: así como Lot salió beneficiado por la súplica de su tío, también nosotros podemos ser prosperados o salvados gracias a las oraciones de otros.
3) Las intercesiones pueden cambiar los cursos "predestinados" de las cosas: si Abraham no hubiese pedido al Señor por Lot, seguramente éste hubiere perecido con los moradores de Sodoma y Gomorra. Las oraciones sinceras gozan de poder.
