Hay que buscar el bienestar de la educación y los estudiantes, dijo Monseñor Jose Luis Lacunza, obispo de la Diócesis de David, al referirse al problema educativo que mantiene paralizadas las clases hace más de tres semanas.
Indicó que la interrupción del período normal de clases no ayuda y no favorece a nadie, porque por mucho que se quiera recuperar, no se puede echar el tiempo para atrás.
Dijo que por situaciones pasadas, se ha podido comprobar que estos problemas provocan un desbalance en los alumnos, que son los más perjudicados con estas acciones.