De guardaespaldas del caudillo a jefe de la Policía Nacional

Antonio Pérez M.
Crítica en Línea
Carlos "Toty" Barés Weeden fue el último de los guardaespaldas del caudillo Arnulfo Arias Madrid. Desde hoy asume el mando del principal cuerpo de seguridad del país: la Policía Nacional. El comandante policial nació el 30 de mayo de 1946, en la ciudad de Chitré. Es primo hermano de los dirigentes arnulfistas George y Alvin Weeden. Barés, casado y padre tres hijas, realizó estudios primarios en Chitré y los secundarios en la ciudad capital, donde se graduó de bachiller, en un colegio de Artes Mecánicas. "Toty" Barés es hijo del político Pablo Barés, ligado a la Coalición Patriótica. Su hoja de vida incluye trabajos en tenerías de Chitré y Nicaragua. También fue vendedor de autos en Toyopan y TESA. Desde 1985 asumió las funciones de jefe de la seguridad del tres veces presidente Arnulfo Arias Madrid. Tras la muerte del Dr. Arias en 1988 y la postulación de Guillermo Endara como candidato presidencial en 1989, asume la seguridad de este último. Endara lo nombró jefe del Servicio de Protección Institucional (SPI), una entidad que según revela el propio Barés, era una idea del propio doctor Arnulfo Arias. Durante los últimos meses de la administración endarista, se le designó viceministro de la Presidencia. Carlos Barés ha recibido preparación en seguridad en Taiwan y Estados Unidos. El nuevo jefe policial estima que la experiencia en el SPI le sirve como carta de presentación para asegurarle a la ciudadanía que realizará una buena labor en su nuevo cargo. No promete cambios bruscos en la Policía, alegando que en la institución hay profesionales capaces. "Habrá cambios de uno que otro personal, pero en términos generales la institución será la misma". Además, considera que un buen policía debe tener una combinación de eficiencia y lealtad, "pero no lealtad a una persona, sino al país". Carlos Barés no cree que los policías deben ser los custodios de las cárceles, sino que deben servir sólo de apoyo en la seguridad exterior del penal, para evitar evasiones. Sobre la situación en Darién, piensa que se hace necesario más unidades y equipos. Esta es una prioridad, reconoce Barés, quien ya se ha reunido con los líderes de las organizaciones sociales y religiosas que operan en la provincia, a quienes considera piezas claves para confrontar este problema.
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