Gobierno pide a obreros desistir de huelga

Tegucigalpa
REUTERS
El gobierno de Honduras pidió ayer a los sindicalistas y campesinos desistir de una huelga nacional indefinida en demanda de aumento general de salarios, advirtiendo que desestabilizarán la economía y la paz del país. Las tres centrales sindicales de Honduras anunciaron el viernes una huelga, toma de empresas y bloqueo de carreteras a partir del 4 de septiembre, exigiendo también el congelamiento de precios de productos de consumo básico. "Nosotros llamamos a los obreros a la reflexión, a que regresen a las negociaciones con los empresarios y el gobierno, pues una medida como la anunciada por ellos pone en peligro la estabilidad y la paz social del país", dijo el ministro de la Presidencia, Gustavo Alfaro. Las centrales obreras y campesinas que aglutinan a unos 600.000 trabajadores anunciaron la huelga después de romper negociaciones con la empresa privada que se niega a un aumento general de salarios, congelar precios y frenar la privatización de empresas de servicio público. Alfaro dijo que "estamos haciendo acercamientos con dirigentes empresariales y obreros, pero la situación no es fácil cuando los sectores se encajonan en una posición". La presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), Julitte Handal, aseguró que "si aceptamos el aumento general de salarios, vendrá el cierre de empresas y miles de despidos". Los sindicalistas reclaman un aumento general de 1.000 lempiras (66.93 dólares) para trabajadores que devengan entre 3.000 y 13.000 (201.34 y 872.48 dólares) mensuales, congelar los precios de consumo básico, frenar un proceso de privatización de empresas estatales e impulsar un proceso de reforma agraria. Handal exhortó al gobierno del presidente Carlos Flores a abandonar su "cómodo papel de mediador" y que convenza a los "obreros y campesinos sobre lo dañino que sería para la economía y las finanzas públicas un aumento general de salarios". La presidente de la Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH), Dinora Aceituno, dijo que "es una falsedad que el aumento de salario dejará en bancarrota a varias empresas, más bien impulsarán su potencial de producción y tendrán mayores ganancias". La precaria economía de Honduras donde un 80 por ciento de sus 6,3 millones de pobladores son pobres en 1999 decreció un 1.9 por ciento debido a las secuelas de devastación dejadas por el huracán Mitch a finales de 1998.
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