EL AFECTO LE GANA A LAS HORMONAS Las caricias son importantes en la relación de pareja

Tomado de
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En algún lugar de Alemania, Karl Von Sidow desarrolló una tesis que a simple vista aparenta ser revolucionaria: las mujeres se quejan menos de problemas sexuales relacionados con la menopausia que de la falta de ternura y la mala relación con sus parejas. Ante semejante dato, chequeamos con profesionales argentinos lo que de confirmarse daría más que una alentadora esperanza a miles de mujeres ya sobre los 50 que, por resignación, estaban a punto de tirar la toalla. "El planteo es obvio, totalmente correcto, porque a esa altura del partido, las mujeres se mueven predominantemente sobre el carril afectivo. Acusan falta de estimulación, besos, cariño, chupadas y mordidas", dice sin ponerse colorado el sexólogo Juan Carlos Kusnetzoff, del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, quien agrega una metáfora explosiva: "No es todo, pero es el fósforo que antes se ponía en contacto con el tanque de nafta de las hormonas". Para su colega Marta Muttoni, "una mujer puede tener un orgasmo en cualquier momento y a cualquier edad, siempre y cuando se lo permita. En la mujer, agrega la respuesta sexual siempre tiene que ver con lo afectivo, con que le den tiempo para hacer llegar medio litro de sangre a los genitales y no tanto con las hormonas. La gente tiene tan poco sexo que con las hormonas que tenemos nos sobra". Con respecto a los tratamientos artificiales con hormonas, Muttoni es categórica: "No hace falta que las mujeres se traten con hormonas, porque su sexualidad es muy fuerte. La que es muy vulnerable es la masculina. Cuando trabajaba en Radio Mitre (donde hacía un programa de divulgación sexual) me llamaban anónimamente mujeres de setenta años, que, muertas de vergüenza, contaban que lavándose habían descubierto cosas que nunca antes habían sentido". HORMONAS EN EL SUPERMARKET Para Kusnetzoff, la mujer debe consultar periódicamente al endocrinólogo y al ginecólogo y controlar sus niveles hormonales, "fundamental porque con la edad pueden aparecer las neoplasias". Tampoco debería tener miedo a la terapia psicoanalítica, que no significa siempre un tratamiento de cinco o diez años. Muttoni habla de un mapa del amor individual, que debe ser combinado con el mapa de la pareja, "aunque algunos mapas no combinan ni a la fuerza", se sincera la sexóloga, para luego explicar que "las hormonas aumentan o disminuyen con los estímulos. Un hombre que no hace el amor por años tiene bajas las hormonas, y cuando aparece una mujer que le presta atención suben automáticamente". UN MUNDO CON ARRUGAS El efecto de envejecimiento de la población puede ser alimentado por una vida sexual pobre. El cuerpo que no tiene contacto afectivo ni sexualidad -explica Muttoni- se convierte en un cuerpo que siente solamente las enfermedades. "Es el cuerpo que llevás al médico. En cambio, si tienes contacto con las personas, tu cuerpo segrega endorfinas, te cuidas más, el otro te mira y eso estimula mecanismos de defensa. Tu cuerpo se mantiene placentero y por eso quien está aislado se enferma más." Por último, en lo que coinciden los profesionales es en la obsesión del hombre por la genitalidad, que no se da sólo en la tercera edad, sino durante toda su vida. Estaría allí, en esa dificultad para leer los tiempos de su compañera, la clave para solucionar los problemas que hasta ahora se endilgaron a una cuestión cuantitativa del conteo hormonal. La cuestión era mucho más fácil. ¿Era mucho más fácil? No. Más fácil es tomar hormonas. Salud y sexo en una misma dirección con un eje conductor en la comunicación interpersonal. Una buena receta para evitar tratamientos químicos y hacer del tratamiento un camino placentero además de una prescripción médica.
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