Teobaldo Mendoza Fernández, de 20 años de edad, y dos menores de edad, fueron capturados la noche del martes, por las unidades policiales de Pedregal, al estar señalados como los presuntos homicidas del guardia de seguridad Pedro Isaac Rodríguez, de 28 años.
Rodríguez estaba asignado al Mini Súper Lung King, ubicado en El Porvenir, en Pedregal, desde hacía 6 meses, cuando lo mataron a las 8:30 p.m. del martes.
Los uniformados realizaron un operativo para dar con la captura de los homicidas del guardia de seguridad de la Agencia de Servicios Profesionales Especializados, quien murió de un disparo en el costado derecho, en la sala de urgencias de la Policlínica JJ Vallarino, en Juan Díaz.
A través del operativo realizado en Pedregal la noche del asesinato, también se logró recuperar dentro de un cuarto un revólver calibre 38 con 6 municiones, del cual se presume que es el arma homicida.
De igual forma, en una cuneta contigua a una residencia en Pedregal, se encontró otro revólver 38 niquelado, que supuestamente es el arma robada al guardia de seguridad en medio de un forcejeo, en el cual perdió la vida.
Según versiones de una de las asiáticas del mini súper, los sujetos entraron minutos antes de la tragedia, a comprar como cualquier otro cliente, se fueron y luego regresaron, encontrando a Pedro dentro del establecimiento donde lo sometieron para quitarle el arma.
Rodríguez, quien tenía varios años de laborar para la empresa de seguridad, estaba casado y a sus 28 años tenía 3 hijos, todos menores de edad, a los que deja en la orfandad y al desamparo, porque su mujer no trabaja.
LA VICTIMA
Eduardo Castillo, vecino de Rodríguez, quien reside en un cuarto contiguo en la casa de alquiler ubicada en El Valle de San Isidro, en San Miguelito, acotó que el hoy occiso era una buena persona, muy trabajador, padre ejemplar, no se metía con nadie, y que a pesar de que por lo general trabajaba en el turno de la noche, siempre sacaba tiempo para enterarse de cómo iban sus hijos en la escuela.
Semanas atrás, Rodríguez recibió la visita de su padre, quien reside en Coclé, de donde es oriundo. Castillo recuerda haber escuchado el comentario del señor sobre el trabajo de Pedro, quien le dijo que no se preocupara, que él había trabajado en lugares muy peligrosos como Curundú y San Joaquín, y nunca le había pasado nada, lo cual deja palpar la confianza que sentía sobre su seguridad.
LOS DELINCUENTES
Los detenidos fueron remitidos a las autoridades competentes para realizar las investigaciones de rigor.
Las armas recuperadas fueron remitidas a balística para confirmar o descartar si están involucradas en este hecho de sangre.