Con goles de Maicon y Kaká, la selección de Brasil se impuso ayer a la de Argelia (2-0) en un partido amistoso que careció de historia y que sólo se desniveló gracias al mejor nivel técnico de los sudamericanos.
De salida, el técnico brasileño, Dunga, optó por conceder su confianza al equipo-base del torneo americano y dejó en el banquillo a sus dos figuras principales, el barcelonista Ronaldinho y el milanista Kaká.
En el descanso, Dunga prefirió hacer algunos cambios y dio entrada a Ronaldinho y a Kaká.
Brasil marcó el primer gol con un testarazo de Maicon en un saque de esquina que botó Ronaldinho, y la segunda anotación llegó luego de que Kaká se lució en una jugada individual que Vágner Love no pudo culminar antes de que el mediopunta del Barcelona anotara el segundo tanto al aprovechar un rechace del portero argelino a tiro de Diego.
Ese tramo final fue el período más brillante, con un juego más incisivo de la "canarinha" y con algún intento del combinado africano por acortar distancias, pero con escaso peligro.
Con continuas circulaciones de balón, pero con poca profundidad, Brasil controlaba el juego hasta llegar al área de Argelia, que se defendía con orden y firmeza.