Los aficionados llegaron en cámara lenta al Estadiol Rommel Fernández, tanto así que eran las 7: 00 p.m. y las gradas del coloso de Juan Díaz estaban vacías; la "Marea Roja" brillaba por su ausencia.
Después del pitazo inicial, fue que las gradas del Rommel comenzaron a pintarse de color sangre, ese rojo que caracteriza a la afición panameña, cuando visita "la casa del fútbol panameño".
Como siempre, la belleza de la mujer panameña se hizo notar en las tribunas. Morenas, blancas, gordas, flacas.. las había de todos los gustos y colores. Lentos, pero seguros, fue el arribo de los aficionados ayer miércoles al Rommel Fernández, con algo de timidez, a pesar de que la tarde estaba linda y el clima acompañó a una noche de fútbol.