La presión laboral, los problemas familiares y el plano amoroso son sinónimo de estrés, pero cuándo se sabe que no se puede más con la carga.
Por lo general, la persona refiere sentirse cansada a nivel mental, falta de energía, desgano, apatía, tensión, insomnio, dificultades en la concentración de la memoria y hasta síntomas de ansiedad o depresivos.
La persona que sufre de "estrés laboral" suele identificarse con la siguiente frase: "No doy más con este trabajo".
Las características de la "cabeza quemada" son: Síndrome de agotamiento emocional y físico; deshumanización (que se manifiesta cuando la persona comienza a tener actitudes negativas, de insensibilidad hacia quienes lo rodean o con quienes se relaciona); sentimiento de baja realización personal.
En estos problemas influye el ambiente laboral, el clima, los compañeros, la remuneración, la cantidad de horas diarias que se trabaja. También el tema de atender a los demás. Hay una cuestión de empatía. Trabajar con la angustia ajena desgasta. El permanente "ayúdame, tengo este problema", produce desgaste emocional.
Por ésta y otras razones es necesario comunicarse con otras personas cuando creemos que los problemas nos están consumiendo, mucho más cuando se es joven y se puede controlar la mayoría de las situaciones que nos afectan.
