Brasil, que parte con un ligero favoritismo en las apuestas, tratará de devolver hoy a Estados Unidos el mazazo que recibió de las estadounidenses en la prórroga de la final de Atenas 2004, una revancha que le permitiría colgarse el oro por primera vez en su historia.
La calidad y reputación del rival, además, provocaría que Brasil entrase en dicha historia por la puerta grande, toda vez que no hay oponente más duro de vencer en unos Juegos que el estadounidense, que no se ha bajado del podio desde que se incluyera el fútbol femenino en el programa olímpico (oro en Atlanta 1996 y Atenas 2004 y plata en Sydney 2000).
Ambas selecciones son las justas finalistas del torneo, especialmente Brasil, que, con un fútbol serio atrás y efectivo en los metros finales, se ha erigido en el mejor combinado en lo que va de campeonato.
Por su parte, EEUU, menos brillante, fió a su superioridad física la responsabilidad de llevarle hasta la lucha por el oro, un "músculo" que no le ha fallado y que le ha concedido la posibilidad de revalidar el título obtenido en Atenas.
La "canarinha", que llega invicta a una final que se disputará en el Estadio de los Trabajadores de Beijing a partir de las 21.00 horas (8 de la mañana de Panamá), ha ido creciendo partido a partido al ritmo marcado por Marta y Cristiane, su letal pareja de ataque, del que se han contagiado el resto de líneas.
La "verdemarella" arrancó el torneo con ciertos problemas, tanto ofensivos como defensivos. El seleccionador brasileño, Jorge Barcellos, optó por la paciencia como solución para los de ataque, debido a que así lo aconsejaba la contrastada calidad de Marta y Cristiane, que le dieron la razón al empezar a ver puerta en el segundo partido ante Corea del Norte, la primera; y en el tercero ante Nigeria, la segunda, un olfato goleador que han mantenido hasta la final.
Barcellos, en cambio, sí decidió introducir cambios en el eje de la defensa, dando entrada a Erika por Andreia Costa desde el encuentro ante las asiáticas, e incluso en la portería, en la que colocó a Bárbara por Andreia desde el partido ante las africanas.
Ambos cambios reportaron una mejora defensiva al equipo, que, además, se benefició de la corriente positiva generada desde el ataque por la eficacia exhibida por sus dos estrellas.
Además de mostrarse como el conjunto más solvente y peligroso del torneo, el camino recorrido por Brasil hasta la final ha sido más complicado que el estadounidense.
La "canarinha", a la que le tocó en suerte el denominado "grupo de la muerte", arrancó ante la campeona mundial, Alemania, ante la que empató (0-0) en un duelo muy equilibrado que pudo caer del lado de cualquiera de los dos bandos y posteriormente, derrotó a Corea del Norte (2-1) en un duelo gris y a Nigeria (3-1) con una imagen muy mejorada, resultados que la auparon al primer puesto del Grupo C.