¿No ha visto usted pequeñitas flores que brotan entre las piedras, entre la maleza?
Florecitas que retoñan en los lugares más inverosímiles y que uno piensa: ¿Cómo es posible que una flor como ésta haya nacido en semejante lugar? Sí, ¿'qué hermoso es ver como una flor puede germinar en un ambiente adverso! Quiero decirle que también usted puede florecer en cualquier ambiente.
San Pablo escribe en Filipenses 4, 11: "He aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé andar escaso y sobrado. Estoy avezado a todo y en todo. A la saciedad y al hambre; a la abundancia y a la privación. Todo lo puede en Aquel que me conforta".
Hay una historia muy interesante del Dr. Robert Schulzer. En Persia existe la famosa mina de Golcanda. De ella proviene el diamante de Coginor que está engarzado en la corona de Inglaterra y el diamante de Orloff que está en la corona de Rusia. Pues había una vez en Persia, un hombre llamado Alí Hafeth. Era granjero y estaba satisfecho con su suerte. Tenía esposa e hijos. Se consideraba un hombre feliz hasta que un día llegó un sacerdote del Oriente y comenzó a hablarle acerca de algo extraño que aquel hombre llamada diamantes. "Brillan como millones de soles. Son la cosa más hermosa del mundo", le comentó el sacerdote. De pronto, Alí Hafeth comenzó a sentirse descontento con lo que tenía. Le preguntó al sacerdote: "¿Dónde se pueden conseguir esos diamantes?" El sacerdote le dijo: "Dicen que es posible encontrarlos en cualquier parte del mundo. Busca un arroyo cristalino que corra entre arenas claras rodeadas de montañas y allí encontrarás diamantes.
Mientras tanto, un hombre que había comprado su granja descubrió una extraña roca negra, mientras daba de beber a su camello. Llevó la piedra a su casa, la puso sobre la chimenea y no se acordó más de ella. Un día el mismo sacerdote entró a su casa, vio la piedra, alcanzó a vislumbrar un rayo luminoso de color que partía por una hendidura de la piedra y le dijo al hombre: "Es un diamante, ¿dónde lo hallaste" El granjero respondió: "Lo hallé en las frescas arenas del arroyito de agua clara en donde doy de beber a mi camello".
¿No será ese el caso suyo? Usted puede perder su vida buscando y persiguiendo fama, placeres, riquezas por todas partes. Todo es un esfuerzo por hallar la felicidad; pero la felicidad puede estar en el ambiente donde se encuentra ahora.
Apóyese confiadamente en Dios y verá cómo florecerá. Todo depende de cómo se enfrente a la vida. Usted puede estar seguro que Dos quiere que cada flor de su jardín florezca, que cada semilla brote, que cada persona experimente gozo. También usted esta incluido en el programa de Dios. Florezca allí donde le ha tocada estar y no de olvide, ¡CON DIOS, USTED ES INVENCIBLE!