Fue mucho para sus rivales. El colonense Irving Saladino demostró una vez más al mundo entero que es el mejor exponente del salto largo, al anexarse la medalla de oro de esta especialidad en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Saladino dio otra alegría más al pueblo panameño al obsequiarle la primera presea de oro a la patria.
Desde tempranas horas de la mañana, todo el pueblo panameño se unió para observar a su máxima figura del deporte panameño de la actualidad.
Saladino fue el quinto en el orden de participación, fallando en su primer intento, pero en su segunda oportunidad registró 8.19 metros para colocarse como el mejor hasta ese momento y por ende de la clasificación a la final.
El pueblo panameño comenzó a vibrar de emoción y ya presentía el triunfo.
No obstante, el sudafricano Godfrey Mokoena registró 8.24 metros, para apoderarse del primer lugar momentáneamente.
Pero Saladino impuso respeto en su próxima participación cuando tuvo un total de 8.34 metros, que fue suficiente para darle la medalla de oro a Panamá, que desde 1948 no obtenía una presa olímpica.
Fueron momentos de alegría los que se vivieron en todas partes del país, principalmente en Colón, donde hubo una caravana que recorrió las principales calles de la provincia que vio nacer a este ídolo deportivo.