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Para los peloteros panameños, la huelga en perspectiva, equivale a no poder mejorar algunas de sus marcas. Por ejemplo, Mariano Rivera no podrá llegar a los 40 salvados y Carlos Lee, no batirá su récord personal de 24 jonrones en un año. Y Ramiro Mendoza (8-3) de seguir acercándose a la marca de más triunfos de por vida de un tirador criollo en la Gran Carpa. Mendoza lleva 54 y Berenguer tuvo 67 éxitos.
En términos generales, Sammy Sosa, verá perdida otra temporada de 50 o más cuadrangulares, de ganar un título y de llegar a los 500 batazos de cuatro esquinas en su brillante carrera. Rafael Palmeiro y Roberto Alomar, de seguir avanzando en vuelacercas y hits. Y Alex Rodríguez, de arribar a los 50 cuadrangulares y de batir varias marcas. Barry Bonds perderá una docena o más de jonrones y los taponeros John Smoltz (43) y Eric Gagne (40) de pasar de los 50 y sofocar la marca de 57. Randy Johnson de pasar de los 300 ponches por quinta ocasión y el japonés Ichiro Susuki, de batear 200 o más hits por segundo año seguido y de ganar la corona de bateo. Y por último, Alfonso Soriano, se quedará corto de aspirar a una campaña de 40-40 (jonrones y bases robadas). Lleva 30 HR y 33 bases robadas. Pero al final, la huelga acabará con las ilusiones de una gran final, y demostrará una vez más que este juego se ha convertido en el gran negocio de los últimos años. "No ball, one strike, were out!", dice un letrero en uno de los estadios de béisbol, publicada por CNN. |
