Las fuerzas iraquíes apoyadas por el ejército estadounidense lanzarán "rápidamente" una "ofensiva de gran envergadura" contra los milicianos del jefe radical chiíta Moqtada al Sadr en la ciudad santa de Nayaf (centro de Irak), anunció a la AFP un responsable gubernamental.
El Ejército del Mehdi del jefe radical chiíta Al Sadr debe deponer las armas sin condiciones si desea una solución pacífica en Nayaf (centro), declaró ayer domingo el primer ministro iraquí, Iyad Allawi. Conferencia en Bagdad
Varias explosiones sacudieron Bagdad el domingo mientras los líderes iraquíes se reunían para elegir una asamblea que supervise al gobierno interino, lo que vino a subrayar los problemas que afronta el país en el difícil camino hacia la democracia.
Al menos una persona murió y cinco resultaron heridas al estallar tres bombas de mortero al lado del hotel Rasheed en la Zona Verde, donde la conferencia había comenzado previamente, dijo el Ministerio del Interior.
Agregó que las bombas alcanzaron a un taxi y una estación de autobuses cerca de la Zona Verde, a unos cientos de metros del lugar de la convención.
La apertura de la conferencia también se vio ensombrecida por la perspectiva de nuevas luchas en la ciudad santa de Nayaf, donde milicianos chiítas permanecían quietos, en una tensa calma, ante las fuerzas de Estados Unidos e iraquíes después del fracaso de las conversaciones de paz para poner fin a la revuelta.
Bajo una férrea seguridad y un toque de queda en algunas partes de Bagdad, 1,300 líderes religiosos y políticos se reunieron para celebrar una conferencia durante tres días en el fortificado complejo de la Zona Verde para elegir a una asamblea de 100 miembros.
La asamblea, o Consejo Nacional, supervisará al gobierno interino hasta que se celebren elecciones en enero.
"Su presencia aquí es el mayor reto a las fuerzas de la oscuridad que quieren dividir a este país. Este no es el final del camino, es el primer paso en el camino a la democracia", dijo el primer ministro interino de Irak, Iyad Allawi, durante la inauguración.
La conferencia se ha visto asediada por el boicot de personajes clave como Al Sadr y por la Asociación de Clérigos Musulmanes, grupo influyente de líderes religiosos sunitas.
La conferencia estaba prevista para finales de julio pero fue retrasada luego que las Naciones Unidas solicitó más tiempo para los preparativos.