El gobierno de las Islas Maldivas impuso el toque de queda para controlar posibles desordenes, después que unas 5,000 personas se manifestaran en las calles de la capital, Male, exigiendo democracia y libertad para prisioneros políticos.
El estado de excepción fue declarado en la capital tras violentos choques entre manifestantes y fuerzas de la seguridad, en los que resultaron heridos cuatro agentes y detenidos unos 70 manifestantes.
Las protestas comenzaron cuando un grupo de personas se reunieron frente al cuartel general de la policía, en Male, exigiendo la liberación de varios activistas políticos -entre cuatro y cinco, según las fuentes- detenidos la pasada semana, que pedían reformas democráticas.