Una de las víctimas en ese fatal accidente fue Francisco Rodríguez, un adolescente de 16 años que vivía Calle Sexta, La Hugo, de la comunidad de Las Garzas, en el corregimiento de Pacora.
En su humilde residencia, rostros de dolor e impotencia se reflejaban en cada uno de los familiares y amigos de la víctima.
"No comprendo por qué tenía que morir mi hermano. Él era un joven, muy serio, que tenía muchos sueños", expresó su hermana Irisdenia Rodríguez.
La muchacha narró que el jueves en la tarde, cuando salió su hermano se despidió con un "¡Hasta luego!". Nadie pensaba que iba a ser su última despedida.
Al pasar las horas, toda la familia sintió algo extraño. "Al principio, pensamos que le había pasado algún contratiempo. Él no era parrandero, pero al pasar las horas recibimos una llamada extraña", dijo otra de sus hermanas.
De inmediato, su padre-que también se llama Francisco Rodríguez-fue tras la búsqueda de su hijo, pero recibió la trágica noticia de que había fallecido.
Sus vecinos explicaron que "Jimmy", apodo con el que se le conocía en el barrio, era muy trabajador, siempre acompañaba a su padre en los trabajos de albañilería; además le apasionaba el fútbol.
Precisamente su inseparable amigo, Carlos Ortiz, recuerda que el muchacho se encontraba muy emocionado porque el sábado iban a comprar los uniformes para jugar el tercer juego de la temporada en la cancha de fútbol de la Iglesia San Esteban, en el barrio.
"Mi amigo era el director del equipo. Lamento que se nos haya ido tan rápido".
Su novia, Leidis Amores, recuerda que el jueves a las 6: 30 p.m., antes de tomar el bus, le hablaba sobre sus planes de matrimonio cuando terminara la escuela y del gran interés que tenía de graduarse en Comercio para trabajar y darle un buen futuro a la familia que en pocos años iban a construir.
"Él se despidió de mí y me dio un fuerte abrazo. Luego me dijo: Nos vemos mañana. Te quiero mucho, nunca lo olvides". Las palabras aún retumban en sus oídos.