El olor a sangre, muerte y desesperación inundó los alrededores de Pacora poco antes de la medianoche del jueves. Humildes panameños terminaban un largo día de trabajo y otros compromisos y ansiaban llegar a sus casas para descansar unas pocas horas y retomar el nuevo día con bríos y continuar la vida entre trabajo, casa y familia, sin embargo, la muerte se los llevó en medio de la oscuridad de la noche.
"¡Ay, Dios mío!" fue lo último que alcanzó a decir "Ñato", el conductor del bus, cuando vio que el camión se les iba encima sin aviso. Con él iban sus dos hijos. Minutos antes hablaba con sus compañeros que esa sería su última vuelta, al menos en una semana, porque tenía planes de viajar a Darién, de donde era oriundo, para pasar unos días con su familia por allá. "Estaba contento", aseguró uno de sus colegas de Pacora., Crítica en Línea
En cuestión de segundos, la sangre corría en la carretera.
Panamá se levantó ayer, viernes, con la trágica noticia.
¿Causas? Varias, entre las que figuran la irresponsabilidad en el manejo, la falta de iluminación en el área y la alta velocidad.
El problema del transporte en las afueras de la ciudad capital es horroroso, donde muchas veces los usuarios apuestan sus vidas abordando "el expreso de medianoche" para llegar a sus casas.
La mayoría de las víctimas eran jóvenes y adultos que laboraban en la construcción, el Supermercado Xtra, estudiantes de la Escuela Nocturna de Felipillo.