Pretendieron incinerarlo.
No se trata de una víctima del autobús B-06, que se quemó en octubre del año pasado.
En esta ocasión, Flaco Berrugate, estuvo a punto de morir abrazado, pero no por una persona, sino por las llamas.
Según fuentes extraoficiales, a Berrugate el sueño se le convirtió en pesadilla cuando, supuestamente, Ricardo Guaynora pretendió quemarle toda la casa.
El atentado fue perpetrado a las 2: 30 de la madrugada del fin de semana.
Por suerte, la víctima se despertó y percibió a tiempo el olor del humo y las llamas que consumieron parte del portal y la madera de su residencia, ubicada en la comunidad de Catrigandí, en Tortí, Chepo.
Trascendió que tanto el victimario como el afectado fueron conducidos a un centro médico cercano para realizarles los exámenes que fueron adjuntados a la investigación policial.
Los dos sujetos fueron retenidos, mientras las autoridades investigan el hecho para deslindar responsabilidades.
Una fuente allegada a la investigación reveló que los dos sujetos habían tenido una pelea en donde, aparentemente, Berrugate le propinó un botellazo en la cabeza a Guaynora, quien por, presunta, venganza decidió quemarle el domicilio al agresor, pero fracasó, pues no logró hacerlo en su totalidad.
Hasta el momento se desconoce por qué se dio el enfrentamiento físico que llevó, supuestamente, a Guaynora a intentar quemarle la casa a Berrugate.
Los niveles de violencia son cada vez más altos en Panamá. Los especialistas en conductas humanas sostienen que factores como el estrés, la falta de tolerancia y respeto son determinantes para que las personas pierdan el autocontrol.