Dos mujeres, parte de un contingente de 23 surcoreanos secuestrados por el Talibán a mediados de julio, fueron liberadas el lunes en una carretera de un área rural de Afganistán y llevadas luego a una base norteamericana.
Fue el primer episodio alentador en un drama que se prolonga desde hace más de tres semanas.
Las dos mujeres, que comenzaron a llorar al ver que funcionarios de la Cruz Roja las aguardaban, bajaron de un Toyota Corolla gris conducido por un anciano afgano e ingresaron en una de las dos camionetas de la Cruz Roja que se hallaban en la zona.
Las mujeres no formularon declaraciones a periodistas que fueron alertados por un vocero talibán sobre el sitio de la entrega de las cautivas, situado a 10 kilómetros al sureste de Ghazni.
Luego, las mujeres fueron llevadas a la base de Estados Unidos en Ghazni, donde los soldados las revisaron y les permitieron entrar en el recinto militar. Ambas portaban maletas.
El gobierno surcoreano confirmó la liberación y pidió a los secuestradores que suelten a los otros cautivos.
Fuentes gubernamentales surcoreanas informaron de que los talibanes liberaron a Kim Gina, de 32 años, y Kim Kyung-ja, de 37 años, sin poner condiciones.
El vocero talibán, Qari Yousef Ahmadi, dijo antes que ambas mujeres serían liberadas por estar enfermas.
El talibán secuestró a 23 miembros de una iglesia evangélica surcoreana el 19 de julio. Dos de los cautivos fueron asesinados a balazos.
El grupo islámico exige la liberación de 21 de sus presos que se hallan en cárceles afganas y en la base militar norteamericana de Bagram.