Hace tres semanas atrás, mientras aprovechaba un "lift" para que me dejaran cerca de una parada en Río Abajo, fuimos testigos de un aparatoso accidente de tránsito en Plaza Carolina. Dos camionetas doble cabina chocaron de frente, debido a que uno de los conductores no reaccionó a tiempo por el cambio de carriles que se aplica en la avenida José Agustín Arango (la extensión de la Vía España, en la zona de Parque Levfebre y Juan Díaz). Varias personas resultaron gravemente heridos y el hecho causó un tremendo tranque vehicular.
Luego, días después, en la avenida Cuatro de Julio, otra camioneta se desbarata con otro vehículo, debido al desconocimiento de los cambios de vías.
Ante su incapacidad de resolver indemdiatamente los problemas viales en Panamá, la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre (ATTT), desde principios de 2000 se inició la aplicación de un carril adicional desde Pedregal hasta la Vía Cincuentenario, entre las 5: 30 y 7: 30 de la mañana, que también se aplica en la Vía Santa Helena.
Estos cambios solo se definen por un par de conos naranjas y la habilidad de recuerdo de los conductores. Lo único que hace la ATTT para avisar el cambio es enviar una patrulla dizque para anunciar el final del tercer carril antes de las ocho de la mañana y nada más.
Aquí lo que se necesita no es cambiar vías de tráfico, sino decidir medidas severas y extremas para facilitar el flujo vehicular.
Es urgente completar los dos corredores, tanto el Norte como el Sur, para crear un circuito de circunvalación vehicular en torno a la capital panameña. Empero, también es clave bajar los precios de peaje en esas autopistas, hoy administradas por empresas mexicanas que en nada han beneficiado a los transeúntes.
Es más, sugerimos que el Estado vaya pensando en expropiar a esos consorcios extranjeros los Corredores Norte y Sur. De hecho, ya el Gobierno ha decidido esto de forma indirecta, al asumir el costo de la ampliación de Corredor Sur hasta San Felipe, con el desarrollo previo de la Cinta Costera.
Las autopistas capitalinas existen para facilitar a los conductores el tránsito en la ciudad, no para dificultarlas. Si ya están colocados los corredores, ¿porqué entonces el panameño común no siente el impacto positivo de estas vías? Sencillo, porque son muy caros.
Así como el Gobierno de turno negoció con una de estas empresas el asunto de la segunda fase de la Autopista Panamá - Colón, ¿cuál es la razón por la que no se negocia inmediatamente un arreglo para ceder al Estado el control total de los Corredores Norte y Sur, para que se permita un tráfico gratuito por los mismos?
Esta iniciativa sería de tremendo impacto para los panameños. Claro que tendrá un costo económico para el Gobierno por el asunto de la seguridad jurídica, pero es una opción directa que beneficiará a todos los ciudadanos y demostrará que la actual administración es capaz de tomar medidas atrevidas para facilitar el desarrollo del país. Igualmente, creemos conveniente eliminar el tercer carril en la Vía José Agustín Arango, la Vía España y la Santa Helena, así como en otros lugares de la capital, porque estas no son soluciones reales, sino paliativos que demuestran la improvisación de algunas autoridades que no tienen visión más allá de su alcance.
