Siempre me ha llamado la atención lo que nos cuentan nuestros libros sobre nuestra historia nacional, de ella hay innumerables ejemplos de rarezas: por ejemplo, siempre nos dicen que en nuestra unión a Colombia pasamos calamidades, eso es verdad, pero cuando tocan lo que corresponde al Estado Federal del Istmo (1855-1885), ideado por el ilustre jurista istmeño doctor Justo Arosemena, nos lo ponen como si fuera un período de respiro, en medio de una época de ahogos. Bueno, siento desilusionarlos, pero ese fue uno de los momentos más convulsionados que tuvo nuestra patria: pasaron durante ese lapso ni más ni menos que treinta y tres Jefes de Estado, de los cuales sólo cinco completaron su período, incluso el mismo Dr. Arosemena sólo duró desde el 15 de julio al 18 de septiembre de 1855, y no como Jefe de Estado, sino como Jefe Superior Provisorio.
De la misma forma, nuestro libro de historia habla de un general Esteban Huertas, como de un gran general que ayudó a los próceres durante la separación de noviembre de 1903. Bueno, en ese instante se tenía que portar bien, ya que le iban a pagar a sus soldados que tenían tiempo de no recibir paga, pero en noviembre de 1904, el distinguido general quería darle un golpe de Estado al presidente Amador, gracias a Dios no resultó, y concluyó con su destitución. ¡Este señor quería pasar a la historia como el primer militar que hace un golpe de Estado en el primer cumpleaños de una República Libre! ¡Todo un récord! Bueno, como pueden ver, no todos los héroes resultan ser héroes. |