El Espanyol se proclamó ayer campeón de la 56 edición del Trofeo Carranza tras vencer al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis, una vez el tiempo reglamentario acabó con empate 1-1.
Fue el conjunto colchonero quien buscó más la portería contraria a lo largo de los noventa minutos, pero el portero Casilla, que suplió al lesionado Cristian �lvarez, fue el protagonista por sus buenas intervenciones.