Imagine que es el lunes 23 de octubre. Cuando usted encienda la radio, al ver la TV o al comprar el diario "Crítica", se encuentra con una de las noticias más impactantes de nuestra historia: Fracasó el proyecto de ampliación del Canal de Panamá, triunfando el "NO" por una ventaja abrumadora de 67% frente a 34 del "Sí" progubernamental y de la ACP. Ese día, las repercusiones del desastre mediático de sondeos que daban al "Sí" como triunfador, de que la campaña del PRD por dominar espacios publicitarios acabó en el suelo, de que hasta el mismo presidente Martín Torrijos pudo ser engañado por sus malos asesores, causará todo un "terremoto político" que permitirá a la oposición criolla subir de nuevo a la palestra.
La victoria del "NO" demostrará que fue un error lanzar una campaña electoral de medio periodo, cuando miles de jóvenes y adultos votantes están desempleados y tenían "rabia" del gobierno de turno.
Aunque todavía hipotético, ese futuro pesimista del próximo 22 de octubre parece encaminarse, a convertirse en realidad, debido a la mala campaña publicitaria de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) y los supuestos defensores del "SÍ" en el Gobierno.
¿Cómo es posible que la ACP coloque a empleados de esa entidad a responderle las preguntas a los ciudadanos sobre las interrogantes de la ampliación del Canal?
Para evitar una victoria del "NO", el Administrador del Canal, Alberto Alemán Zubieta, debería SUSPENDER esta campaña ofensiva, que tilda al resto de los panameños que no laboramos en la ACP como ilusos.
Creo conveniente recordarle a la gente del Gobierno y de la ACP, que el resto de los panameños considera todavía a los empleados de la autoridad canalera como un mundo aparte. Que la entidad representa el legado de la antigua Zona del Canal, en donde sus funcionarios tiene salarios altos y un nivel de vida económico superior a los demás ciudadanos.
Piensen bien: ya en 1992 y en 1998 los panameños votaron "NO" en referendos constitucionales.
Todavía existe una alternativa: suspender el referendo canalero para evitar la humillación histórica que permitirá a Nicaragua y México construir sus canales interoceánicos, puesto que los panameños prefirieron darle raya a Martín Torrijos, antes que permitir el desarrollo del país con la modernización de la vía acuática istmeña.