Ya pensaba en dejar el tema en el olvido, pero ayer a la 1: 15 de la tarde en mi oficina, ubicadas en la vía Ricardo J. Alfaro, donde está ubicada Editora Panamá América, recibí la llamada grosera de Antonio Cristóbal de Promociones y Eventos del Istmo.
Cristóbal está molesto porque en mi escrito de ayer en mi columna llamada "Hablando muy claro", mencioné que los periodistas locales y extranjeros fuimos objeto de una burla, por no tener facilidades para cubrir el evento boxístico del fin de semana en Figali.
Ahora el representante de la empresa promotora alega, muy molesto, que no es "niñero de periodistas", pero en la rueda de prensa del combate, prometió que iba a haber localidades y facilidades para nosotros los comunicadores.
Así mismo, con insultos vía telefónica, manifestó que nosotros no llegamos temprano al evento.
Tengo que decirle señor Cristóbal, que mi llegada al Figali fue a las 6: 20 de la tarde, una hora y 15 minutos antes que comenzara la función, que exactamente dio inicio a las 7: 35 de la noche, y no a las 7: 00 como usted había anunciado.
Además, si este servidor, por alguna u otra razón hubiese llegado tarde al evento, de todas maneras debía haber un puesto reservado para la prensa, en este caso para el diario Crítica, donde laboro.
Pero ni a las 6: 00 de la tarde, hora que abrió el Figali, ni a las 9: 00 de la noche u otra hora por decirlo de esa forma, había puestos para nosotros.
Y no hablo de mi en particular, hablo también de mis compañeros de trabajo de los diarios Día a Día y El Panamá América, patrocinadores del evento, igual que Crítica, que llegaron igual de temprano. Además de varios corresponsales extranjeros, con los que quedé apenado.
Creo que la manera de llamar a irrespetar a mi oficina no es la mejor, y aunque a través de un comunicado, la empresa promotora se excusó con la prensa por el inconveniente, no puedo permitir que se me quiera insultar y mucho menos al trabajo que con mucho ánimo realizo, ganándome la vida y la de mi familia.
En otro caso, también me enteré que el entrenador Francisco Arroyo llamó a esta redacción ayer, diciendo que no había dado declaraciones, manifestando que "El Loco" no hizo caso a lo que se le dijo en la esquina.
Que extraño, porque este servidor habló un momento con él vía celular el día domingo en la tarde, al igual que Elisinio González de Día a Día y Crispín Chavarría de El Siglo. ¿Casualidad?