Se conoce la vocación como un "llamado interior" que tiene el ser humano, que lo impele a realizarse en una determinada disciplina. Valiéndose de este llamado le es fácil ejercer su profesión u oficio con felicidad y plenitud.
Tal vez el factor más importante del proceso es que la vocación ayuda a superarse cada vez más en lo se hace, al mismo tiempo que se disfruta y se ayuda a los demás. No hay amargura ni frustración ni cansancio excesivo: la vocación es el combustible para asumir los compromisos del oficio, y proyectarse en servicio total a los demás.
Por ello es que tanta gente en el país está aburrida de lo que hace, se disgusta cuando se le exige un poco más en su profesión, cuando se le pide que cumpla a cabalidad, y que se entregue del todo a la gente. Están así porque no tienen el oficio o la profesión para la cual nacieron: no siguieron el "llamado interior", y piensan solo en el salario. |