Tal vez el nombre evoque una de las tantas obras de nuestro teatro, en en la jocosidad y la chabacanería está por encima del fondo y la forma.
La obra respeta la ignorancia y la condición de la mujer pobre que nada tiene para salir adelante. La que ha tenido que aprender a vivir con lo que la vida le da y enfrentar su realidad a punto de lágrimas y trabajo. De allí el sugestivo título de esta obra que, según su creador, es una propuesta seria al teatro que mucha falta hace, como medio de concienzar a los que vienen de entender lo que ocurre en su entorno.