"Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas". (Juan 21: 15-17)
Quiero que pienses en esto: ¿Si Jesús te hiciera la misma pregunta en este momento?, ¿(tu nombre) me amas?, ¿Cuál sería tu respuesta?. Seguramente al igual que Pedro le dirías, ¡sí Señor, tu sabes que te amo!, pero" ¿realmente amas a Jesús?
El amor de Dios es tan grande por la humanidad que dio a su hijo único en sacrificio. Jesús nos amó tanto que voluntariamente se entregó a la muerte por amor a ti, ¿no crees que debemos mostrar nuestro amor a Dios con hechos?
El Señor dice que guardemos sus mandamientos y estos se resumen en: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (...)" Mateo 22.
Cuando estés por cometer un pecado, o de plano estés en medio de él, piensa en la pregunta que Jesús te hace "¿me amas?", y reflexiona en el siguiente pasaje cuando tus deseos de hacer lo que no agrada a Dios rebasan tu razón:
"Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer (...)": Juan 8.
¿Te parecen duras estas palabras?, a mí si me lo parecen...". "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón." (Hebreos 14: 12)
Te animo a ejercitar el amor por Dios de forma tal que sean tus hechos los que lo demuestren y con ellos puedas decir sin hablar, "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo."