La vida sigue a pesar de la desaceleración económica, la crisis que sufre solamente la mitad de los panameños y la falta de eficacia de la actual administración... y por supuesto, la politiquería que abunda por todos lados. El profesor de periodismo Francisco Castañedas, perenne luchador por los asuntos sociales, me entregó un folleto titulado "Convocatoria para una organización de nuevo tipo".
Le dije que había que felicitar a esos optimistas que todavía quieren ayudar a salvar el país. Me explicó que se organiza un grupo de profesionales e intelectuales, con conciencia social, para hacer algo por mejorar a este Panamá.
Ellos aspiran a construir una nueva sociedad "cuyo eje fundamental sea la justicia, la equidad y la solidaridad"; "en que las personas que la componen tengan plena oportunidad de acceder a una alimentación balanceada, a un puesto de trabajo digno y justamente remunerado, a la educación integral y al desarrollo de todas sus capacidades".
También aspiran al "respeto por la gente y la ecología"; una sociedad que promueva el respeto a la diversidad como expresión de la riqueza humana; una sociedad socialista democrática en la cual la coexistencia de diversas formas de propiedad y organización de los medios de producción, garantice que el trabajo productivo se constituya en un medio al alcance de todos":
Bueno, es reconfortante que todavía existan panameños llenos de sueños e idealismos, y ojalá consigan realizar algo de lo mucho que buscan. Por otra parte, ahora aterrizamos al mundo real del momento. Una persona recibe un domingo, a las dos y media de la tarde, una llamada telefónica de la empresa privatizada de energía eléctrica. Una dama le pregunta: ¿cuándo va a venir a pagar los nueve balboas que debe del mes de abril?
El señor indica que no debe nada, que ya pagó el mes de mayo. Entonces le aclaran el embrollo: "mire, resulta que tuvimos un error en su cuenta de luz de abril, y le cobramos la mitad. Entonces anulamos su pago de mayo y lo unimos al faltante de abril, y todavía faltan nueve balboas".
Gritó el hombre que no sabía nada de eso; que él no había autorizado que anularan su pago de mayo (estaba en el mes de junio), ya que eso lo ponía como debiendo dos meses, cuando él no tenía la culpa del error cometido por la empresa extranjera de luz.
"No hubo de piña", como dicen en Viento Frío, en Colón. Tuvo que ir más rápido que ligero a pagar los nueve balboas y el mes de mayo que ya había pagado. La pregunta necia es: ¿puede anular pagos y añadirlos a deudas desconocidas por el cliente la empresa privada de luz? ¡Caray, Toro, qué líos nos causaste al privatizar el IRHE!
Otra pregunta necia: las tierras que les dieron a los asentamientos campesinos fueron para ponerlas a producir. ¿Pueden ahora esas organizaciones venderlas para proyectos de viviendas y otros fines muy distintos a los que justificaron esa entrega? |